Arden, Elizabeth (1878-1966). Empresaria norteamericana, nacida en Woodbridge (Canadá) como Florence Nigthingale Graham (en honor a la fundadora de la enfermería). Hija de emigrantes británicos, tras la muerte de su madre (1884) trabajó en la tienda familiar de comestibles en la cercana Toronto. En 1901, inició enfermería, descubriendo que los tratamientos para piel de quemados servían como lociones de belleza. En su propia casa dispuso un rudimentario laboratorio para elaborar sus preparados.
Pronto se empleó como esteticista en un salón de belleza. En 1909, abrió uno con otra socia en la exclusiva Quinta Avenida, conocido como “The Red Door Salon” por el vivo color de su entrada. En 1910, se quedó con él por 6000 dólares y cambió su nombre a Elizabeth Arden (en referencia a su antigua socia y al poema “Enoch Arden” de Tennyson). En 1912, fue a París para conocer técnicas de embellecimiento y de masaje facial. También se hizo con muestras de los productos de Helena Rubinstein (1870-1965) a fin de revelar su composición química y mejorarlos, iniciando así una virulenta rivalidad personal y comercial de casi 50 años. A su vuelta, Arden introdujo en EE.UU. el moderno maquillaje de ojos (el rímel y la sombra para párpados) y elaboró coloretes y polvos tintados de su propia invención. En 1914, abrió un salón en Washington y lanzó “Venetian Cream Amoretta”, una crema facial revolucionaria por su suavidad y su riguroso diseño científico, acompañada del “Ardena Skin Tonic” (bajo en alcohol). Gracias al interés de Arden hacia la química, la pomada carecía del tono graso de los productos del momento, permitiendo a la cosmética ser un saneamiento de la piel y no sólo superposición de máscaras. Adoptó novedosas propuestas: masajes, baños relajantes, spa, salas de ejercicio, musicoterapia y electroterapia.
A partir de entonces, su salón fue uno de los ejes de la vida social neoyorquina e hizo de Arden figura de la “jet set” internacional. También acuñó nuevos conceptos como “Total Beauty” (basado en la salud de la piel) y “Total Look” (armonía cromática entre labios, mejillas, uñas y ropa), además de ser pionera en la difusión de productos de belleza a través del cine (1939) y para varones (1956). Tras adquirir la ciudadanía norteamericana e iniciar exportaciones (1915), ya lideraba el mercado nacional en 1916. Para 1920, había creado más de 100 sustancias cosméticas en 600 presentaciones distintas. Tras establecer en París su primer salón en el extranjero (1922) y abrir el lujoso spa de Maine Chance (1934), sacó “Blue Grass” (1935), su primera fragancia, y el bálsamo para la piel “Eight Hours Cream” (1936). Por entonces, ya era dueña de 29 salones en todo el mundo (17 países hacia 1950) y su marca una de las tres norteamericanas más conocidas del planeta con Coca-Cola y Singer. Durante la IIª Guerra Mundial, diseñó el pintalabios “Montezuma Red” para las mujeres norteamericanas militarizadas. En 1945, sacó su línea de ropa exclusiva. Apasionada de los caballos, crió varios campeones con los mismos cosméticos destinados a los humanos. Doctora “honoris causa” por Syracusa (1949) y Dama de la Legión de Honor (1962), falleció en Nueva York a los 88 años (dato sólo divulgado tras su muerte), propietaria de 100 establecimientos en todo el mundo y de una fortuna personal entre los 30 y 40 millones de dólares.